De acuerdo con un informe del Observatorio Nacional de Medios de Comunicación (Ondaem) de Bolivia, divulgado por la Fundación Unir, 245 periodistas y medios de comunicación fueron agredidos entre el 1 de octubre de 2007 y el 31 de octubre de 2008, más de la mitad entre septiembre y octubre de este año.
De todas esas agresiones, según el estudio, sólo el 14 por ciento fue denunciado a las instancias legales y, hasta ahora, ninguno de los agresores fue condenado por esos delitos, ni siquiera en el caso del brutal asesinato del periodista Carlos Quispe Quispe, en Pucarani, quien falleció el 29 de marzo de 2008, dos días después de haber recibido una golpiza.
A este hecho se suman las agresiones en contra los periodistas: Javier Alanoca, de canal 9 ATB; Johnatan Condori, de la Red Erbol; Maria Luisa Callejas, de La Prensa, Melissa Ibarra, de canal 11 Red UNO; Gabriel Romano, de radio Laser 98; Juan José Estrada, de Canal 18 Católica TV y Guadalupe Espinoza de EL DIARIO, en octubre pasado, en la plaza San Pedro de La Paz.
Entre los agresores fueron identificados Adolfo Cerrudo y Edgar Mora, integrantes del denominado Comité Cívico, de filiación oficialista y ligados a otros hechos de violencia contra periodistas.
En el último tiempo, la violencia contra periodistas no sólo se traduce en agresión física, sino también en violencia psicológica, como el hecho ocurrido el martes en Palacio de Gobierno, cuando el presidente Evo Morales increpó al periodista Rafael Ramírez, de La Prensa, por una información sobre el caso de contrabando en Pando, donde estaría involucrado el «hombre fuerte» del Poder Ejecutivo, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
Un día después, el miércoles, similar actitud se repitió con la periodista Nancy Vacaflor, de la Red Erbol, quien esta vez fue amedrentada por el actual viceministro de Coordinación Gubernamental y ex presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), Sacha Llorenti, por el constante interrogatorio sobre la postura de Morales en contra de los medios de comunicación.
«Llorenti tiene que saber que nuestra institución tiene su línea de conducta y se abre a todas las voces y me parece un exceso de susceptibilidad. Nosotros como Erbol defendemos la libertad de expresión y la libertad de información (…) Nosotros lamentamos la actitud de Llorenti y creemos que fue un ex abrupto de la autoridad gubernamental», dijo al respecto el director de Erbol, Augusto Peña.
DISTRIBUCIÓN DEPARTAMENTAL
De acuerdo con el informe del Onadem, el 41 por ciento de casos de agresión a periodistas se registraron en el departamento de Santa Cruz. Hasta la fecha sólo existe un detenido.
La Paz ocupa el segundo lugar en agresiones a periodistas, con el 23 por ciento de los casos. Existe una persona con detención domiciliaria.
Chuquisaca registra el 11 por ciento de casos de violencia hacia la prensa por hechos ocurridos en La Calancha, en noviembre de 2007, durante la aprobación «en grande» del proyecto de nueva Constitución del Movimiento Al Socialismo (MAS) y en el aniversario del Grito Libertario, el 25 de mayo de 2008. En tanto, que el seis por ciento de las agresiones se registraron en Pando y similar porcentaje en Tarija. Mientras que Beni y Oruro registran un cifra parecida, cinco por ciento.
Cochabamba está en el penúltimo lugar de agresiones a periodistas, con el dos por ciento de las denuncias. El hecho más grave fue el que vivieron los periodistas de la red de televisión Bolivisión, Edson Jiménez y Limbert Sánchez cuando fueron a cubrir el linchamiento de tres policías en Epizana el 26 de febrero de 2008. Según el Onadem, el sitio más seguro para trabajar en medios de comunicación es Potosí
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